Este volumen, el primer esfuerzo de traducción al español de la primera antología de sijo, Cheongguyeong-eon, publicado en 1728, tiene el propósito de presentar ante los lectores hispanos la poesía clásica de hace más de 600 años. Para los que tienen conocimientos de la literatura coreana servirá para apreciar su mundo poético; y, para los que todavía no los tienen, servirá para comparar con la poesía hispana o con las poesías de Japón y China, aunque esta antología no abarca las obras posteriores. La antología Cheongguyeong-eon, que hemos traducido “Antología del Canto Coreano Sijo”, es una colección de los cantos de unos cuatrocientos años desde Goryeo hasta Joseon. La mayoría de esos cantos fue transmitida oralmente. El compilador Kim Cheon-taek habría hecho mucho esfuerzo para reunirlos. El libro está dividido según el tipo de música que prevaleció desde los siglos XVII hasta el momento de la colección. El grupo más extenso es el segundo Sakdaeyeop, canto de moda en el momento de la colección. El compilador lo dividió según la época: finales de Goryeo y Joseon; y tipos de autores: reyes, poetas de la clase media, poetas mujeres, poetas sin datos biográficos exactos y anónimos. Algunos sijos son de temas universales, como amor, beatus ille, carpe diem, anhelo de la vida pacífica, desilusión de la vida y vejez. Otros, fieles a la ideología confuciana, tienen fines didácticos enfatizando, sobre todo, la lealtad al rey, la piedad filial, el respeto a los mayores, etc. También hay un buen número de sijos que elogian el licor, un medio de escape de la caótica realidad social de Joseon o de la injusta situación social, causada por las diferencias sociales. Una característica muy relevante de los sijos de la antología es la abundancia de elementos chinos: historia, geografía, personajes ilustres, anécdotas, etc. Esto demuestra que la influencia china era notable en la cultura y en todos los aspectos de la vida del pueblo de Joseon. Sobre todo, el conocimiento de los cánones chinos era una condición sine qua non para los letrados que querían ser funcionarios, y un medio para demostrar su nivel de estudios. Algunos poetas admiraron la paz de la era inicial de la historia de China; la lealtad de los vasallos; la vida al estilo taoísta, viviendo a escondidas en la naturaleza; la búsqueda de licor como una forma de escape de la realidad, etc. Incluso hubo eruditos que copiaron o escribieron remedando poemas de los famosos poetas chinos.